La nutrición es una herramienta clave en patologías digestivas como el SIBO, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, la esofagitis eosinofílica, la gastritis, la dispepsia funcional, el síndrome de intestino irritable (SII), la disfagia funcional, etc. Y sobre todo, es imprescindible en el manejo de síntomas típicos de estas patologías, o de consecuencias en las que hayan derivado, como es el caso de una ileostomía o una colostomía. Durante un brote de colitis con diarreas, en periodos con mucha distensión y gases provocados por el SIBO, en una disfagia provocada por una cirugía o una esofagitis eosinofílica, dolor intestinales e irregularidad en las deposiciones durante un brote de SII…


La nutrición realmente no te va a curar la enfermedad, pero es una de las mejores herramientas que tienes para mejorar los síntomas que te provoca esa enfermedad, e incluso disminuir la probabilidad de que los síntomas vuelvan. Por ejemplo, si mediante una dieta de eliminación de alimentos, detectamos qué alimentos te desencadenan los síntomas en una esofagitis eosinofílica. Podrás saber que evitar para disminuir, con creces, la probabilidad de volver a tener eso síntomas.